María Elena Hotus



María Elena Hotus
Gran Maestra del Canto Antiguo Rapanui


María Elena Hotus , pertenece a un antiguo linaje de cultores rapanui.
      Su bisabuela Anastasia Tetono Manuiri, compositora histórica de ute y riu (antiguas formas de canto autóctono), fue esposa del Rey Ika, llamado “el rey no coronado” puesto que su padre al morir, cuando Ika era muy pequeño, le traspasó su mandato a Atamu Tekena, quien debería devolvérselo a su hijo Ika, cuando este cumpliera 15 años.
      Atamu Tekena, por razones políticas basadas en la tensión con Chile a fines del siglo XIX, consideró que Ika era muy joven para asumir ese rol, traspasándole el cetro real a Riro a Kainga, quien fuera, el último rey de Rapa Nui. Después de 1888, año de la anexión de la isla a Chile.
      Su abuela Victoria Ika Tetono ejerció toda su vida, como maestra de canto rapanui.
      Su tía abuela Amalia “Mere” (hermana de su abuela Victoria), fue la madre de Kiko Pate o “Papa Kiko” el gran maestro cultural del siglo XX y su gran compañero de estudios.
      Su papá Atan Pakomio, (quien no la crió), aparece como informante cultural y escultor, en los libros del navegante holandés Trhor Heyerdal, relevante estudioso de las culturas polinesias del recién pasado siglo.
      Su madre Floriana Hotus Ika, hija de su abuela Victoria, fue también una destacada cultora.

Cuando se le consulta por su origen, ella responde que fue una niña “morore”. Esta denominación es la que se usaba en Rapa Nui, para identificar a aquellos hijos sin padres, que por tanto, estaban exentos de los cuidados tradicionales.
Esta falta de cuidado paterno, siendo una triste debilidad social, ella la supo convertir en una fortaleza, puesto que llevaba implícita una gran cuota de libertad, que le permitió desde pequeña transitar a cualquier hora por tertulias y conversaciones de adultos (donde los cantos y las narraciones eran lo central), desarrollando de este modo y desde muy pequeña, una aguda memoria auditiva de la que deriva gran parte de su conocimiento.
Su dedicación a la música y expresiones orales anexas, comenzó a sus 8 años, cantando cada domingo en la iglesia.
Desde muy joven fue reclutada en los primeros grupos de bailes y cantos rapanui, organizados por el maestro Papa Kiko. Desde aquel entonces a la fecha, su trabajo no ha cesado y con el correr del tiempo, su interés por la cultura se fue ampliando hacia otras ramas artísticas, destacando también como artesana de gran oficio.
Hasta el año 2010 realizó por más de 50 años un trabajo semanal, organizado y metodológico junto al gran maestro Papa Kiko. Tras el fallecimiento de este, ella se volvió la depositaria exclusiva de todo el conocimiento recopilado y estudiado en detalle por ambos hasta esa fecha.
La casa de su mentor fue el taller formal al que acudía el pueblo en busca de traducciones de la lengua antigua, además de cantos, historias y anécdotas para recrearlos como A’amu Tuai u obras teatrales, o para mediar en conflictos de autorías, en cuyos casos la mayoría de las veces, dos o más familias se disputaban la propiedad de una obra compuesta por un antepasado.

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